En el Desierto de los Leones, en la delegación Cuajimalpa, es muy común acudir por unas simples "Quekas" quesadillas de guisados varios y muy frecuentemente de simple quesillo oaxaca.
La zona es boscosa y un verdadero refugio contra la contaminación reinante a unos pocos minutos de viaje en coche, menos de 15 de una de las zonas más conflictivas y artificiales del DF -Santa Fe-, pero esos 15 minutos te cambian toda la vida, de estar rodeado de torres de concreto y vidrio pasas a estar rodeado por pinos y tranquilidad. Al ser un bosque alto, es muy normal que haga algo de frío y con ese pretexto se antojan unas buenas quesadillas y un caldo de hongo y en mi caso, de pilón un café de olla.
Los lugares para comer en la zona de parque nacional son bastante rústicos y auténticos, muebles de madera, platos de barro, comida de verdad y servicio amable de los pobladores de la zona.
En la zona se cultivan hongos, setas y champiñones, así que todo el año podrán pedir una sopa de hongo, que es un caldo ligero con trozos de hongo o champiñon con un ligero sabor picante.
Las quesadillas son platillo obligado, y acá no las fríen, sino que las hacen al comal como tortillas delgadas y les ponen el guisado de su elección.
No dejen de pedir las de huitlacoche (o cuitlacoche) que es el hongo que ataca a las mazorcas de elote. Se ven raro pero saben a gloria.
Buen provecho.
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